Despertando las Momias es un espacio interactivo abierto a la comunidad, en el que docente y estudiantes de la materia Construcción de la Ciudadanía de la Scuola Ugo Foscolo hacemos públicos algunos resultados del trabajo en el aula, con el objeto de interpelar a la sociedad y contribuir a su transformación.
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lunes, 30 de julio de 2012
Los del laburo
Sueñan los perros con gatos en lata
y sueñan los del laburo con encontrarse una billetera
Que un día caiga guita del cielo
como si fuera el perdón de Dios
Y aunque lloviera guita
seguro se la llevaría
una hiperinflación
Los del laburo, dueños de palos y piedras
No hablan idiomas, sino jergas
No hacen arte, sino piezas
No tienen nombre, sino un código de barras
Y leen en el diario
su propia muerte
Y resulta ser que el tren que los mató
es más caro que el salario de toda su vida.
Augusto Castro (1° Liceo - 2012)
Sin Derechos
Cada vez era peor
cada vez estábamos más apretados
a cada minuto
las casas se achicaban
Poco a poco
dejamos de caminar
haciamos pilas de personas
en el suelo de tierra
contra las paredes de barro
tapabamos los agujeros
con nuestros cuerpos
para proteger a nuestros hijos
Y nos empezamos a ahogar
sin salud
sin oportunidades
sin derechos
Ailen Erramoundeguy (1° Liceo - 2012)
Esclavitud
Los esclavos sueñan con salir a caminar,
los esclavistas van en ferraris
a la playa
Los esclavos trabajan entre cucarachas,
los esclavistas nadan en guita
Los esclavos mueren aplastados en el tren
los esclavistas buscan nuevos esclavos
Sebastián Sassano (1° Liceo . 2012)
lunes, 16 de julio de 2012
En la sangre
El 56% de los habitantes argentinos tiene ascendencia indígena. Lo determinaron mediante análisis genéticos. El resto de la
población es de origen mayoritariamente europeo. Entre las personas que poseen
huellas aborígenes en su ADN, sólo el 10% es indígena puro.
A partir de 1992, y tomando muestras de ADN al azar de un total de 12 mil personas, los científicos pudieron ir tirando del hilo de la madeja de los genes para reconstruir la historia de la población que vive en nuestro país. Querían saber cuánto había aportado la población originaria en la formación de la actual Argentina. Ahora, con el estudio terminado, parece que fue mucho.
El análisis implicó leer los códigos inscriptos en el ADN mitocondrial, que aportan todas las madres, y en el Cromosoma Y, que sólo tienen los hombres y que les legan los padres. Y, que al no combinarse durante la unión para crear un nuevo ser, permanecen inalterables en las distintas generaciones.
Los investigadores argentinos, a cargo del estudio, sabían dónde buscar en ese rompecabezas de códigos genéticos. El método aplicado no es nuevo. Se usa desde mediados de los años 90 y se reduce a una célula. En realidad a su núcleo y a las mitocondrias, dos sitios donde se encuentran moléculas de ADN. Porque, finalmente, todo se centra en esa sigla que designa a una molécula compuesta por dos cadenas de unidades químicas (Adenina, Timina, Guanina y Citocina). De dónde ellas se ubiquen depende el mensaje. Habría que pensarlo como un abecedario de cuatro letras que forman palabras. El mensaje da cuenta del organismo.
En esa larga hilera de combinaciones que forman al Cromosoma Y, hay un marcador conocido con siglas y números: DYS199. En ese lugar, en el caso de los amerindios, aparece una característica típica -y científicamente comprobada- que portan todos los miembros de esa comunidad y que se verificó en gran parte de los hombres argentinos. Pero esa característica genética, explican los científicos, no necesariamente se manifiesta con algún rasgo físico visible. "De ahí que se haya podido sostener tanto tiempo la creencia de que la mayoría de la población argentina es de origen europeo", dice Corach.
Después el equipo buscó en un área determinada de las mitocondrias, también en una región que se mantiene inalterable y que se identifica como HVR I. El resultado fue el esperado: la mayoría de la muestra tenía ascendente materno no amerindio. Es decir, había mayoritariamente madres europeas (53,3%).
La combinación de ambos datos dio que hubo cruzamiento y que en el 56% de los casos había un legado indígena en algún lugar del ADN. De este segmento de la población, sólo el 10% era amerindio puro, sin ningún componente europeo.
La sorpresa para Corach se explica así: "Se cree que las dos grandes matanzas de población aborigen terminaron con 30.000 personas. Se supone que había más población. Seguramente lo que sucedió es que ellos tuvieron descendencia que está presente todavía. Creo que se sobreestima el componente europeo".
El científico sostiene que "la muestra del estudio es representativa porque incluye a la población urbana pero no sólo de la Capital Federal", explica. "Si analizamos a la población de Barrio Norte nos dará un alto porcentaje de origen europeo".
El método partió de un avance científico: desde hace unos años se sabe que parte de la historia queda registrada en el material genético que acarrean los humanos. Y tal novedad permite reconstruir el famoso "de dónde venimos" de la humanidad.
En un comienzo sólo pudo hacerse con el material aportado por las mujeres, que está en las mitocondrias. De ahí la polémica revelación de que las madres de todos los hombres era la "Eva mitocondrial", una mujer africana. A mitad de los años noventa, se pudo analizar el componente masculino, inscripto en el Cromosoma Y.
Ahora, Corach y compañía quieren averiguar cómo se movió esta población. Mientras tanto el mito fundacional está cuestionado. ¿Habrá que borrar esa parte de las guías de viaje y enciclopedias que dicen que más del 85% de la población argentina es de origen europeo?
Silvina Heguy.
sheguy@clarin.com
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