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domingo, 31 de julio de 2011

El Terror



Es como meterte al fondo del mar
de noche
sin saber que hay debajo de tus pies
Que te roben mientras dormís
Es algo que no puede existir en la vida real
Los ruidos en la oscuridad, las pesadillas
Es caminar sola en la calle
como las imágenes de una película
La oscuridad de la noche, la muerte, el diablo
Es que te amenacen y te digan cosas feas.


Autor (es): Estudiantes de 1º Liceo

El Terror



Son los ruidos en la madrugada
Que venga una persona en la noche y les haga algo a mis papás
Es como ir en barco
o en avión
La electricidad
Una picadura de araña, una bomba nuclear
Es soñarme muerto
que los bichos me caminen por el cuerpo
Que no aparezca un ser querido a la hora que quedaste
La sensación de encontrar tu cuarto revuelto
Que personas muy raras
como poseídas
me quieran matar.



Autor: Los estudiantes de 1º Media

lunes, 11 de julio de 2011

¿Dónde está Luciano Arruga?


EL CASO LUCIANO ARRUGA

El barrio 12 de Octubre es apenas una manzana dentro de Lomas del Mirador. Todos lo llaman “La 12 de octubre”, porque es una pequeña villa, con sus pasillos angostos y sus casas hechas con más pulmón que arquitectura.
La casa de Mónica no tiene baño, y allí vive con sus dos hijos menores Mauro y Mario. Trabajaba como empleada doméstica, pero ya en 2008 se fue quedando sin empleo. Vanesa Orieta es la hija de su primer matrimonio, trabaja en una empresa de Morón, va por 2° año de Sociología en la UBA
Luciano trabajó en una empresa fundidora de metales. Eso le permitió comprarse ropa, pantalones anchos, gorra. Mónica no recuerda durante cuánto tiempo estuvo en la fundidora. Le pregunta a Mario (13 años): “Trabajamos hasta octubre del año pasado, él 12 horas, y yo 7″ dice entrecortado
Doce horas de trabajo, que además escaseaba. Por eso Luciano salía a cartonear con sus amigos de la plaza. “Con la plata se compraban un sándwich de milanesa, una bebida, unos cigarrillos”. El chico cuidaba de sus hermanos cuando Mónica no estaba, les preparaba la leche o el mate cocido, sabía hacer tortillas de papa, iba a buscarlos a la escuela. El padre los había abandonado cuando él tenía 6 años.

Mónica vio un día de 2008, en la parada de su hijo y sus amigos, a un señor de pelo corto que manejaba un automóvil blanco. Luciano le contó que unos chicos conocidos de otra villa cercana, la Santo Vega, le habían presentado a ese hombre, un policía, que le ofreció trabajar para él. Todo indica que esos chicos ya lo hacían, y Mónica misma cuenta que Luciano alguna vez les vio un revólver.  

¿O rei?

 

Aquí les dejo una pequeña muestra de lo que era capaz de hacer con la pelota quien fue, a mi humilde entender, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos: el Chapulín Romario. Y para que lo disfruten mejor, va acompañado con música de Gilberto Gil  ¡Expreso 222!

domingo, 10 de julio de 2011

¿Mundo al revés?


Los criminales que más ferozmente violan los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles. En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta.

La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países.

Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento.
La publicidad manda consumir y la economía lo prohíbe. Las órdenes de consumo, obligatorias para todos pero imposibles para la mayoría, se traducen en invitaciones al delito. Este mundo, que ofrece el banquete a todos y cierra la puerta en las narices de tantos es, al mismo tiempo, igualador y desigual: igualador en las ideas y en las costumbres que impone, y desigual en las oportunidades que brinda.

¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas, nuestra única libertad posible? El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.

Eduardo Galeano, Patas arriba. La escuela del mundo al revés, Siglo Veintiuno Editores, México, 1998. 

¿Evolución?

¿Política?


"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, de la harina, del vestido, del calzado y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el chico de la calle y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

BERTOLT  BRECHT