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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cuestión de Pe$os



En esta realidad
el dinero
globaliza
la ciudadanía
compra
la vida
los derechos
el alimento nuestro ocio
y
esos grandes carteles
que caminan
por la autopista
diciendo
"elijanme y organizaré su dinero".

En esta realidad
querida ciudadanía
una moneda
pesa más
que
un poema
y
un billete
más
que una persona.

Autor: Tomás Minore (2º Media)

Alumnos o Estudiantes



El estudiante es quien participa críticamente, alejándose del perfil del alumno, que lo único que hace es entender lo que quieren que entienda y escuchar como verdad absoluta aquella única que le ofrecen. Se podría decir que el estudiante es, como dice Aristóteles, un futuro "animal político", porque aprende no solo contenidos sino también a diferenciar ideologías, para quedarse con lo que le parece más justo. En cambio el alumno es, como dice Bertolt Brecht, un futuro "analfabeto político", que no puede estar a favor ni en contra de una u otra política.

Autora: Ailen Erramoundeguy (3º Media)

martes, 27 de septiembre de 2011

Latinoamérica

 
 
 
Soy, soy lo que dejaron
Soy toda la sobra de lo que se robaron
un pueblo escondido en la cima
mi piel es de cuero
por eso aguanta cualquier clima

Soy una fabrica de humo
mano de obra campesina para tu consumo
frente de frío en el medio del verano
el amor en los tiempos del cólera mi hermano

El sol que nace y el día que muere
con los mejores atardeceres
soy el desarrollo en carne viva
un discurso político sin saliva

Las caras mas bonitas que he conocido
soy la fotografía de un desaparecido
la sangre dentro de tus venas
soy un pedazo de tierra que vale la pena

Una canasta con frijoles
soy Maradona contra Inglaterra
anotándote dos goles
soy lo que sostiene mi bandera
la espina dorsal del planeta es mi cordillera

Soy lo que me enseño mi padre
el que no quiere a su patria
no quiere a su madre
soy América latina
un pueblo sin piernas pero que camina

Tu no puedes comprar el viento,
tu no puedes comprar el sol
Tu no puedes comprar la lluvia,
tu no puedes comprar el calor
Tu no puedes comprar las nubes,
Tu no puedes comprar los colores
Tu no puedes comprar mi alegría,
tu no puedes comprar mis dolores

Tengo los lagos, tengo los ríos
tengo mis dientes pa' cuando me sonrío
La nieve que maquilla mis montañas
Tengo el sol que me seca y la lluvia que me baña

Un desierto embriagado con peyote
Un trago de Pulque para cantar con los coyotes
Todo lo que necesito
Tengo a mis pulmones respirando azul clarito

La altura que sofoca
Soy las muelas de mi boca mascando coca
El otoño con sus hojas desmayadas
los versos escritos bajo la noche estrellada

Una viña repleta de uvas
Un cañaveral bajo el sol en cuba
Soy el mar caribe que vigila las casitas
Haciendo rituales de agua bendita

El viento que peina mi cabello
Soy todos los santos que cuelgan de mi cuello
El jugo de mi lucha no es artificial
Por que el abono de mi tierra es natural

CORO
Tu no puedes comprar el viento,
tu no puedes comprar el sol
Tu no puedes comprar la lluvia,
tu no puedes comprar el calor
Tu no puedes comprar las nubes,
Tu no puedes comprar los colores
Tu no puedes comprar mi alegría,
tu no puedes comprar mis dolores

Trabajo bruto pero con orgullo
aquí se comparte, lo mio es tuyo
este pueblo no se ahoga con marullos
y si se derrumba, yo lo reconstruyo

Tampoco pestañeo cuando te miro
Para que te acuerdes de mi apellido
La operación cóndor invadiendo mi nido
perdono pero nunca olvido

Vamos caminando
Aquí se respira lucha
Vamos caminando
Yo Canto porque se escucha

Vamos dibujando el camino
Estamos de pie
vamos caminando
Aquí estamos de pie

lunes, 26 de septiembre de 2011

La Verdadera Deuda Externa



CARTA DE UN CACIQUE
¿Quién le debe a quién?
La verdadera deuda externa


Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuatémoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea. Con lenguaje simple, que era transmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique Guaicaipuro Cuatémoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo:
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa. El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano! ¡Genocido? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos.
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería asumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan “Marshalltezuma”, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros Reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin su canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuando de independizare de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que superan esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero si exigimos la firma de una Carta de intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica…”



viernes, 16 de septiembre de 2011

Instrucciones para Vivir en la Calle



Sin dejar de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de vivir en la calle. Primero deberá ser pobre. Siéntase tenso y angustiado. Siéntase mal, al punto de querer desaparecer. Para vivir en la calle, dirija su imaginación hacia una vivienda digna propia, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo real, duérmase en un banco de la plaza y espere que todo esto termine. Si tiene frío, construya con trapos usados y maderas rotas una casucha. Si tiene hambre recorra la 9 de Julio pidiendo comida y revolviendo la basura. Si tiene miedo, escóndase en algún hueco oscuro y frío. Duración de vivir en la calle: hasta que se organice con el resto de la gente que esta en su misma situación.

Autora: Sophie Campanella (2º Media)

Sobre el Terror



Es un miedo tan fuerte que te descompone. Como que alguien entre a mi casa cuando estoy sola, sentir que no sabes que pasa, como una presencia extraña. Es algo que te produce inseguridad de que te pase algo y no sabés como vencerlo, te da tanto miedo que no podés vivir ni convivir con ello. Es cuando me siento perdida, es algo que te saca del lugar en donde estas, algo que te deja duro y que te borra de la vida. Es el miedo, pero mucho más fuerte.


Autor: Los Estudiantes (2º Media)

Oliverio Girondo



    Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
    Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.
    Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un meadero.
   Que cuando quieras decir: "Mi amor", digas: "Pescado frito"; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
   Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.
   Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni por un solo instante, de lamerle la cerradura.



Autor: Oliverio Girondo

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Sin Clientes No Hay Prostitución


¿Alguna vez pensaste que tanto proxenetas como clientes son prostituyentes?


No es una pregunta menor, y sabemos que para muchas personas, en primer lugar para muchos hombres, puede ser incómoda y hasta molesta. Pero para nosotras es fundamental: porque, en general, está ampliamente aceptado que en este flagelo de la trata de mujeres para la prostitución hay responsabilidades directas e indirectas del gobierno nacional, de los gobiernos provinciales, de los jueces, de la policía, de tantos medios de comunicación y, en primer lugar, de los tratantes y proxenetas de muy diverso tipo; pero muy pocas veces se hace referencia a los clientes, sin los cuales este círculo de violencia, esta industria de opresión y muerte de mujeres secuestradas y desaparecidas no se completa, no se cierra.
Y queremos decirlo claramente: la prostitución y, más aún la trata, es violencia contra las mujeres; una violencia que se asienta sobre un pacto masculino, sobre un pacto patriarcal entre clientes y proxenetas de muy diverso tipo que, si bien no es un pacto explícito, es un pacto con claros códigos, que existe y está absolutamente naturalizado. Es verdad que son los proxenetas y los tratantes los que montan y se benefician con este negocio, pero también es cierto que nadie ofrece y comercia aquello que no tiene demanda.
¿Hasta cuándo tendremos que soportarlo?, ¿hasta cuándo tendremos que soportar la numerosa y naturalizada cantidad de clientes que pagan, que son cómplices, que pasan sus horas “divirtiéndose” con mujeres secuestradas, torturadas y drogadas por la fuerza?
¿Alguna vez pensaste que los clientes pueden ser, son,  nuestros padres, hermanos, hijos, novios, maridos, amantes, amigos, compañeros?
Porque cuando hablamos de clientes estamos hablando de hombres concretos, de todas las clases, de cualquier condición: todos pueden ser clientes, con algunos pesos o con cientos de dólares, todos pueden ejercer el privilegio que el patriarcado les otorga.
Por ello decimos una vez más: ¡sin clientes y sin proxenetas no hay prostitución ni trata!
Y para las mujeres que llevamos adelante esta Campaña, la lucha contra las redes de prostitución y trata de mujeres, así como contra la responsabilidad de las instituciones estatales, es inseparable de la crítica y de la denuncia de la complicidad de los clientes.
http://campanianiunavictimamas.blogspot.com/2008/05/sin-clientes-no-hay-prostitucin.html

Ley para Personas en Situación de Calle






Viernes 13 de Mayo de 2011

Nueva ley para proteger derechos de personas en situacion de calle

Entre otras cosas, establece que los Centros de servicios socio asistenciales deben estar abiertos las 24 horas.

La legislatura porteña aprobó el proyecto de Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación de Calle, iniciativa de la agrupación Proyecto 7 acompañado por la diputada de la Coalición Cívica Rocío Sánchez Andía y otros diputados.
La ley 3706 había sido aprobada por unanimidad en diciembre del 2010 y vetada parcialmente por Mauricio Macri en enero de este año. Esta ley amplía la definición de lo que se entiende por gente en situación de calle, enumera una serie de principios y deberes del Estado. También establece que los centros de servicios socio asistenciales deben estar abiertos las 24 horas y la Referencia Administrativa Postal a través del otorgamiento de una casilla de correo postal gratuita para las personas alcanzadas por la ley.
El artículo que veta el Ejecutivo es el que define el derecho a la ciudad y al uso del espacio público. "Por supuesto que no estamos de acuerdo con el veto que impuso Macri, sobre todo teniendo en cuenta que la ley había sido acompañada por todos los bloques de la Legislatura, incluido el bloque oficialista. Pero si no aceptamos el veto del articulo 5º la ley no entra en vigencia", dijo la diputada Rocío Sánchez Andía, presidenta de la Comisión de Vivienda de la Legislatura.
Mientras que el Gobierno de la Ciudad reconoce a 1.356 personas adultas en situación de calle, según el censo que realizo en diciembre 2010 la ONG Médicos del Mundo son más de 15.000 las personas que se encuentran en esta situación.

jueves, 8 de septiembre de 2011

¿Qué significa hoy ser un Ciudadano?



(Por Dra. Margarita Barreto, Facultad de Educación, Departamento de Ciencias Sociales aplicadas, Universidade Estadual de Campinas)

Para una gran parte de las personas, ser ciudadano es tener derecho a poseer aquello que otros poseen. Hoy ser ciudadano no es apenas estar al amparo del Estado en que el sujeto nació y tener dentro de él derechos políticos, civiles y sociales. La ciudadanía se refiere a las "prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia". Y lo que da sentido de pertenencia es la posibilidad de tener acceso a lo mismo que el grupo de referencia, tanto en materia de bienes cuanto de servicios.
En la sociedad actual, la posesión de bienes se da a través del consumo, definido como "el conjunto de procesos socioculturales por los cuales se realiza la apropiación y la utilización de los productos".  En esta sociedad caracterizada por la producción en masa de mercancías, estos pueden estar a disposición en cualquier parte y pueden ser consumidos de diversas maneras. El simple hecho de su existencia, transforma a los productos en potencialmente consumibles y da a todos el derecho legítimo de aspirar a tenerlos, ya que fueron producidos, en mayor o menor grado, con el esfuerzo de toda la sociedad, especialmente de los trabajadores, amplísima mayoría de la población.
La globalización de la cultura lleva a la exigencia del derecho al consumo por parte de las personas. El hombre de hoy es un cosmopolita que exige movilidad social o simulada. Esto quiere decir que si no tiene una movilidad social real, puede sentirse bien accediendo a los lugares de consumo, como shopping centers o supermercados, aunque sea solo para compras pequeñas, o para pasear y consumir las vidrieras.
Este mismo cosmopolitismo lleva a que el concepto de ciudadanía, que antes estaba referido a un derecho de participar de las decisiones en la esfera de la política, pase hoy por la esfera de lo civil, con un énfasis en los derechos del consumidor.
El hombre pos moderno se interesa poco por la política; quiere más bien consumir los diversos bienes que existen en el mundo.
En última instancia, podríamos decir que la mayor parte de las personas actúan con la finalidad última de obtención de medios para el consumo a corto plazo, dejando en segundo lugar la justicia social y sus derivados.
Los estudios realizados sobre la cuestión escolar revelan que, cuando las personas reclaman sus derechos a la educación, no lo hacen por el valor de la educación en sí; en la mayoría de los casos, tanto padres como alumnos buscan el diploma escolar, que funciona como salvoconducto para ingresar al mundo de los sueldos mejores.  
Cuando se le pregunta a un estudiante qué especialidad prefiere dentro de su carrera, muchas veces responde "bueno, lo que da más dinero es....." Y el dinero permite consumo, y es por las posibilidades de consumo que la persona se siente o no un ciudadano.

El Uso de las Palabras

Por Gabriel

LLegué a los 9 años, en el 85. No sabía lo que significaba irse de mi país.
Llegué a la estación con la impresión de estar en una gran ciudad. Me acuerdo del reloj de Retiro, la gente blanca, pensaba que algo bueno debía haber. Recuerdo el olor a milanesa, que me parecía rico.
Llegué a un conventillo. Lo primero que ví fue a un niño con el pañal cagado, las cloacas abiertas, olor a podrido. Nuestro cuarto era de tres por dos. Mi mamá tuvo que dormir en el patio en pleno invierno. De casualidad escuché decir a un tío mío que ya vivía acá: “trajeron al negrito”. Ahí me di cuenta que había llegado a un lugar que no era el mío.
Entré al colegio en Villa Crespo. No había gente morena en el barrio. Una compañera me dijo: “¿vos sos bolita?”. Mi mamá me había preparado para cosas así. Le dije: “no, soy boliviano”.

Hasta cuarto grado me peleaba todo el tiempo. Una vez me dieron para que tenga, entre diez pibes. Después traté de cambiar mi acento, mi forma de ser. Quería jugar. El gran problema de la colectividad boliviana es ese: venimos detrás del progreso, pero no se piensa en lo que viven los niños. Sólo importa “mejorar la raza”, o aporteñarse: “no hablés así, hablá bien”. Sé menos lo que eres.
En la secundaria empecé a encontrar mi identidad, en parte vía el rap protestante. Había un cd de MC Hammer. Mi madre me lo había regalado. Ahí decía que el 70 por ciento de los presos de las cárceles en EEUU eran negros. Entonces dije: “yo soy de los negros”.
Empecé a trabajar cuando había repetido. Le mentí a mi mamá que iba al colegio y me descubrieron. En ese momento acá las personas morenas tenían una función: limpieza o detrás del mostrador. Un lugar invisibilizado. 
Estuve días buscando. Me compré ropa Angelo Paolo, una campera Motor Oil, me peiné con gel: un payaso de repente. Cierto viernes de 1993 veo un cartel que buscaba personal de limpieza. El dueño me dice: “si querés trabajar empezás ya, sino ni vengás negro”. Volví a casa re contento y le conté a mi mamá que había conseguido trabajo de “bachero”. No sabía qué era. Tenía que lavar las cosas. Ahora me muero de la risa: iba con zapatitos lustrados, pantalón de marca, y todo para lavar los platos.
Después pasé a mozo de mostrador. Era mi primero de mayo. Tenía más responsabilidades: llegar antes y preparar las mesas. A los bolivianos nos toman porque somos más humildes. O mejores esclavos. Al tiempo me entero que cobraba lo mismo que los de limpieza. Me puse en una actitud rebelde.
El dueño me decía: “ustedes los negros quieren ser blancos. En cambio yo: ¿para qué quiero ser negro?”. Yo le respondía que no quería ser blanco y que él sí quería ser negro, porque tomaba sol. “Vos sos rebelde, negro”, me decía. “Yo defiendo lo mío”, le contestaba. Al tiempo me volvieron a limpieza. Me iba apenas cumplía el horario. Un día, cuando ya estaba terminando, me encaró el dueño y me dijo: “Gabriel, vaya a limpiar arriba”. Era una fiesta de cuarenta invitados. Y yo le respondí: “uh, loco”. El tipo se me vino encima: “¿cómo dijo usted, se cree muy hombrecito?”. Tenía unos cuarenta y cinco años y yo diecisiete. “Si no le gusta renuncie”, me dijo. Y yo le contesté: “si usted es tan hombre, écheme”. Yo conocía mis derechos.
Pero no fue él quien me echó, sino mis compañeros: el peor traidor es tu compañero, que puede trabajar más por menos. En mi caso fue un cocinero al que admiraba. Un día me dijo: “negro hijo de puta, andá a limpiar”. Ahí renuncié, por dolor.
Otra experiencia importante fue en la empresa de un señor judío. Yo ya tocaba sikus, estaba con el tema de mi identidad. Era flaco, sin músculos y entré para cargar cajas, de peón. Estuve a prueba junto con un pibe del Chaco que era un mono gigante. El señor que debía decidir quién de los dos quedaría se llamaba Horacio, buen tipo. Quedé yo. Horacio me dijo, de manera cariñosa: “negro, ¿sabés por qué quedaste? El otro chango se quiso robar una máquina. Pero vos querías limpiar. Ustedes los bolivianos son muy comedidos”. Y yo, de típico boliviano, agaché la cabeza. Es lo que les gusta a los patrones. 
Después me pusieron en blanco y las cosas cambiaron. Ya éramos todos blancos.
Un viernes de balance Horacio faltó y Mario, el dueño, me dijo: “¿sabés loque voy a hacer? Le voy a mandar un médico y lo voy a echar por hacerse el vivo”. Al rato llegó la noticia de que Horacio había muerto: un cáncer de estómago. Tenía 60 años y venía todos los días de Laferrere a Villa Crespo. Ese día me dije: “esta gente no vale nada”. Y cambié mi actitud. Llegó la fiesta de fin de año, día de mi venganza. Los vendedores me decían: “negro, decile a tu papá (por mi jefe) que te dé un vino”. Mario me dijo “pida sin problemas”. Cuando le pedí el cuarto vaso, ya no le gustó nada. Los vendedores me aplaudían. Mario, para cobrarme, me dijo “Gabriel, ¿por qué no toca su sikus?”. El siempre me decía: “usted toca el sikus, qué lindo, el altiplano, la pachamama”. A mi no me gustaba que me hablen así de mi cultura. Por eso le respondí: “¿por qué no toca usted el arpa judía?”. Cuando me di cuenta lo que le había dicho no sabía qué hacer. Mario me dijo: “a ver, ¿qué es el arpa judía?”. Le respondí: “lo que los mapuches le dicen chompe, un instrumento que se ponen en la boca. Defienda usted su cultura, yo defiendo la mía”.
Pasó el tiempo y me querían poner de encargado de depósito y a la vez de peón, por un aumento del diez por ciento. Me negué. Hasta que un día el dueño me dijo: “¿usted se piensa qué va a vivir tocando el charanguito en el subte? Usted no quiere progresar”. Ahí me di cuenta cómo se utilizan las palabras y qué significado se le dan en cada momento. Un poco después me echaron, los empleados me saludaban por lo bajo por haber frenado al dueño. Lo bueno sería animarnos a luchar como trabajadores, pero juntos. Ahora trabajo en estampado textil, diez horas por día, en negro. Estampamos para muchas marcas de polo, de Palermo, también para distintas provincias. Los patrones son argentinos. Los de la colectividad están muy mal pagos. Y si son sin vivienda no sirven. Creo que estos me contrataron porque les cumplo.

Mujer Colonizada

Este afiche pone en escena una serie discursos y mandatos patriarcales provenientes de la iglesia católica, la educación y la "estética femenina" que circulan en todas direcciones y nos atraviesan.
Utilizando y re-significando los nombres de los barcos utilizados por Colón en su llegada a "Las Indias" intentamos generar una relación irónica entre la colonización de las mujeres y la colonización de América.
"La Santa María" refiere al ámbito eclesiástico y sus enunciados prohibitivos y "sacrificiales" hacia las mujeres. "La niña" a aquello que la educación prohíbe hacer a las niñas sólo por el hecho de ser mujeres, previendo de antemano para ellas un futuro de esposas y madres. Finalmente, "La Pinta" refiere a los mandatos de belleza que recaen sobre los cuerpos de las mujeres. 

(Mujeres Públicas, 2004)