Translate

jueves, 22 de noviembre de 2012

El Temible Navarrete

-->

Hace mucho mucho, mucho tiempo, tanto que los relojes de arena del mundo no alcanzarían para medirlo, en un monte desolado e irreconocible escondido en los confines de la cordillera, donde el agua de lluvia se evapora antes de tocar el suelo y la flora es un simple cactus sin flor; vivía un ser inhumano, horrendo y espantoso. Una criatura capaz de asustar a cualquier niño solamente con el poder de la imaginación y su mirada destructiva. Un ser con ojos de víbora y cuernos de cabra, con la habilidad de erizarte hasta los pelos de las patas.
Dicen los gauchos que lo avistaron en medio del monte, que fue tal el julepe que se pegaron, que se les desataron los cordones de las alpargatas y se les cayeron las bombachas. Cuentan que más de uno terminó gritando como niña y haciéndose pis encima, aterrados de miedo. A esta abominación totalmente espantosa y desagradable, la llamaban “El Temible Navarrete”…
Una noche fría y oscura, en que solo se oían los ruidos extraños del bosque, una niña se encontraba sola en la oscuridad, llorando mojada. Tenía frio y miedo a la vez, estaba perdida y no sabía cómo había llegado hasta ahí. En lo único que pensaba era en no toparse con el temible Navarrete. Había oído muchos mitos e historias tremendas acerca de aquel bicho, tan tremendas que más de una vez, le dieron pesadillas. Cansada de tanto andar sin rumbo, decidió quedarse a los pies de un enorme sauce y dormir hasta que amanezca. Pero… a media noche, el árbol cobró vida y mientras la niña dormía, la agarró lenta y suavemente entre sus brazos.
Al despertarse, la niña se sorprendió al notar que no estaba en el mismo lugar que antes. Se encontraba seca y cubierta con una manta. Al lado de ella tenía un desayuno compuesto por bocadillos de gusanos y té de lima con pedazos de bicho volita. Pero la niña ni se atrevió a tocarlo, ya que le daba repugnancia.
Giro la cabeza de izquierda a derecha para visualizar el ambiente. Era una casa. Más linda que la suya. Las paredes eran de barro seco y el piso estaba cubierto por una hierba de color verde flúor. Las mesadas y los estantes eran de madera y las camas eran de hojas de palmera. Era una casa muy acogedora, pero, para ella, no era un lugar donde podía vivir una persona. Le faltaba el baño y una cocina limpia. No encontraba el detergente ni la esponja para lavar los platos y no había electricidad ni agua corriente.
En ese momento escucho una vocecita que le decía: _Buen día señorita, ¿Como ha dormido?
La niña giro de repente su cabeza y se encontró con una criatura gigantesca, cubierta por pelos castaños. Pero no se asustó, ya que noto en su cara una sonrisa grande y una simpatía perfecta.
_Bien, gracias por preguntar_ dijo la niña _esta cama es muy cómoda, y la casa muy acogedora.
_Lo sé, mis manos la construyeron día y noche para que quede así de bella como es ahora_ dijo la criatura _anoche te encontré en el bosque, estabas dormida a mis pies, y note que estabas mojada así que te traje a mi casa para que no te resfríes.
_Ayer mi mamá me había dicho que vaya a buscar unas hierbas aromáticas para el cordero que estaba cocinando, y me perdí. Debe estar muy preocupada, tengo que avisarle que estoy bien… ¿Me acompañas al pueblo para avisarle?
_ ¡No! De ninguna manera_ Grito la bestia _ la última vez que fui al pueblo, las personas corrían a refugiarse, y cerraban las cortinas para no verme, los niños lloraban de miedo y los hombres trataban de lastimarme con palos, piedras y antorchas. Desde ese día que me nombran como “El temible Navarrete”.
_ ¿Usted es el temible Navarrete?_ Preguntó la niña sorprendida.
_ Sí, he vivido en esta casa por más de 10 años, sin salir del monte, y no he tenido con quien hablar en ese tiempo más que con un grillo que encontré a orillas del rio ahogándose.
_Yo no sé que le ven de temible, es la criatura más gentil que he visto. Venga conmigo al pueblo y convenceré a todos de que usted no es malo y que debe ser parte de nuestra comunidad.
_ Eres muy buena niña, pero no creo que el pueblo quiera ni escucharme.
_ No me importa lo que piense el pueblo, vendrás conmigo y lucharemos para que te respeten tal como eres.
Esa misma tarde la niña guió a Navarrete, que se había vestido muy elegantemente, hacia el pueblo. La criatura estaba totalmente asustada y sudaba hasta por las orejas. La niña lo agarro fuerte de la mano y le dijo: _ Tranquilo Navarrete. Pase lo que pase yo siempre seré tu amiga, y nunca te dejaré solo.
Navarrete sonrió al escuchar esas palabras y se sintió más seguro. Al verlos llegar, la madre de la niña comenzó a llorar y a gritar de la desesperación, espantada por el susto y la confusión. Y justo antes de que el pueblo comience a gritar y enloquecer del espanto, la niña tomó la mano de Navarrte y les contó lo que había hecho él por ella.
El pueblo, confundido, le creyó a la niña y aceptaron a Navarrete tal y como era. Esa noche celebraron su bienvenida con un banquete enorme, mitad carne y ensaladas para el pueblo y la otra mitad bocadillos de gusanos con te de bichos bolitas.
Desde ese día Navarrete fue el bicho más feliz y respetado de todo el mundo…

Autora: Sara Costante (1° Liceo --2012-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario